En un combate con una superioridad inédita, el valenciano Perxitaa ha dominado totalmente desde el principio, imponiendo su ritmo desde el primer intercambio. Desde que sonó la campana, se le vio con mayor confianza, ocupando el centro del cuadrilátero y lanzando combinaciones potentes, aunque poco ortodoxas, que desbordaban constantemente a Gaspi. Su actitud ofensiva fue clara: buscar la victoria por la vía rápida, sin especulaciones, sin rodeos, y con un ritmo arrollador que su rival no logró contener.
A lo largo de los tres asaltos, la iniciativa fue siempre del lado de Perxitaa, que sin ser un prodigio técnico, supo imponer su voluntad a través de la presión constante, lanzando golpes con volumen y contundencia. Gaspi, por su parte, intentó mantenerse a flote con algunas respuestas aisladas, pero nunca encontró el espacio ni el tiempo para cambiar el guión del enfrentamiento. La diferencia física también fue un factor determinante, con ePerxitaa viéndose más sólido en cada choque.
Sin embargo, es imposible pasar por alto la falta de técnica palpable entre ambos púgiles. Lejos de ofrecer combinaciones limpias o esquemas defensivos, por momentos el combate se convirtió en una sucesión de «brazazos» sin orden, sin cobertura y sin estructura táctica. Las guardias bajadas, el escaso juego de pies y la nula lectura táctica de la pelea dejaron en evidencia la escasa preparación profesional de ambos contendientes, algo comprensible teniendo en cuenta su condición de amateurs.

A pesar de ello hay que destacar la entrega de los dos sobre el ring. En ningún momento rehusaron el intercambio. Gaspi, aun superado, mostró coraje, se mantuvo de pie hasta el final y asumió con valentía cada golpe recibido. Esta actitud le valió una gran ovación del público español, que supo reconocer su garra, su espíritu combativo y el corazón que puso en cada segundo de pelea. Su derrota no empaña en absoluto su paso por el evento; al contrario, lo engrandece como un participante que, sin tener las armas para ganar, lo dio todo hasta el final.
El resultado final fue claro y Perxitaa se llevó la victoria de forma merecida, demostrando un nivel superior en términos de agresividad e iniciativa. Pero este combate también deja una lección para ambos: la preparación técnica es clave, especialmente cuando el entorno mediático es tan masivo como el de la Velada del Año. En eventos de esta magnitud, con millones de ojos encima, cualquier detalle se amplifica. Lo que hoy puede entenderse como una fiesta entre amateurs, mañana podría ser una plataforma para atletas con ambiciones serias en deportes de contacto.
Este enfrentamiento es en definitiva, un fiel reflejo de lo que propone La Velada: espectáculo, emoción, imperfecciones y corazón. Y tanto Perxitaa como Gaspi han aportado su grano de arena a un show que sigue creciendo en relevancia y audiencia año tras año.
✍️ Fredi Mosteirin – DDC Deportes de Contacto
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Agradecimientos a organización de la velada del año
Imagenes cortesia y autorizadas por el canal oficial de Ibai
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